La sobreexplotación insostenible de aguas subterráneas en California ha generado la necesidad de transicionar cientos de miles de hectáreas de tierras agrícolas irrigadas a actividades que permitan hacer un uso del agua más sostenible. No voy a mentir: no va a ser fácil.
Es desafiante saber qué acciones a nivel sistémico mantendrán nuestras economías rurales y mejorarán la salud pública y ambiental sin crear nuevos problemas. Y es aún más difícil saber cómo implementar soluciones a nivel sistémico en un contexto transdisciplinario de colaboración que es bastante nuevo para todos los involucrados. Pero el reúso de tierras de cultivo hacia otros usos beneficiosos es una solución prometedora para abordar muchos problemas a nivel sistémico y hacer felices a todos.
La buena noticia es que estamos aprendiendo y mejorando.
Después de años de trabajo realizado por nuestra comunidad de práctica y científicos, acabamos de publicar un marco de trabajo muy necesario y completo para las buenas prácticas en el reúso de tierras de cultivo que puede beneficiar a todos los involucrados. Esta comunidad de práctica incluye líderes comunitarios, defensores de agricultores y trabajadores agrícolas, científicos y profesionales de las regiones agrícolas de California.
En nuestro equipo de 54 autores—además de colaboradores adicionales e innumerables participantes en eventos públicos relacionados con el reúso de tierras—tenemos claro que este marco no busca quitarle tierras a los agricultores ni abandonar la agricultura. Nuestro objetivo es reimaginar colectivamente cómo podemos usar la tierra para crear múltiples beneficios mientras abordamos la crisis del agua de frente.
Soy un romántico y además soy un ingeniero agrónomo al que le encanta la agricultura, y junto con muchos residentes comunitarios y agricultores, creo que podemos transformar la insostenibilidad actual en nuevas oportunidades sostenibles para la prosperidad y el bienestar mientras mantenemos las identidades de nuestras comunidades rurales. Y podemos preservar los efectos secundarios más hermosos de la agricultura mientras limitamos los efectos secundarios negativos y la extracción económica de algunas prácticas corporativas a gran escala. Como dijo una vez una camiseta muy sabia: “Mantengamos la CULTURA en la AgriCULTURA”.
Además de nuestro reciente informe para una Transición justa de la tierra (enlace al informe en inglés), nuestro equipo de 54 coautores (con la ayuda de muchos colaboradores y participantes en eventos públicos) publicó un artículo (enlace al artículo en inglés) introduciendo un marco de buenas prácticas para reúso de tierras de cultivo en la revista Frontiers in Water. En las siguientes secciones de este blog resumiré brevemente algunas de las conclusiones más importantes de este trabajo.
El desafío que enfrentamos
La Ley de Gestión Sostenible de Aguas Subterráneas de California (SGMA) requiere que el estado logre la sostenibilidad de las aguas subterráneas para mediados de siglo. En el Valle de San Joaquín donde vivo, la agricultura representa el 90% del uso del agua, y una gran parte de ese uso de agua es insostenible. Esto significa que alrededor de un millón de acres de agricultura irrigada necesitarán transicionar a otros usos. Si permitimos que únicamente el mercado inmobiliario y de materias primas dicte los términos de esta transición, el resultado podría devastar las economías locales, amenazar la calidad de vida de agricultores y trabajadores agrícolas, y disminuir la seguridad alimentaria y nutricional.
Lo que he aprendido a través de años trabajando con otros expertos es la importancia de que el reúso de tierras de cultivo sea estratégicamente organizado y gestionado en colaboración con todos los grupos afectados. Un enfoque holístico e inclusivo puede mejorar la calidad de vida en comunidades de bajos ingresos y desatendidas, diversificar las economías regionales, generar oportunidades socioeconómicas locales y mejorar la salud ambiental—todo mientras se avanza en la sostenibilidad del agua y la seguridad alimentaria, y se mantienen los medios de vida de agricultores y trabajadores agrícolas.
Una visión de lo que es posible
El marco que nuestro artículo introduce está construido alrededor de seis objetivos centrales que representan “lo que queremos ver” en las decisiones de reúso de tierras. Estos no son objetivos abstractos—son prioridades prácticas informadas y acordadas por todos en nuestro equipo de autores expertos y nuestros colaboradores.
Justicia socioeconómica y ambiental en la tierra que rodea las comunidades vulnerables, y respetando y defendiendo la soberanía indígena.
Resiliencia ecológica y sostenibilidad involucra restaurar hábitats nativos, crear soluciones basadas en la naturaleza alrededor de las comunidades agrícolas, y gestionar los recursos naturales responsablemente para que las generaciones futuras también puedan satisfacer sus necesidades.
Agricultura sostenible basada en principios de agroecología se enfoca en sistemas agrícolas que sean saludables, económicamente viables y ecológicamente sostenibles para agricultores, trabajadores agrícolas y comunidades, con acceso justo a la tierra, resistencia económica, uso sostenible del agua, acceso a asistencia técnica y mejores condiciones de trabajo.
Financiamiento, escalabilidad y replicabilidad asegura que las iniciativas puedan crecer de niveles locales a regionales mientras mantienen las prioridades comunitarias y crean seguridad laboral genuina en la transición hacia una economía verde.
Liderazgo, responsabilidad y representación enfatiza el liderazgo desde abajo con participación significativa de todos los grupos involucrados, e incluye un monitoreo robusto para comprobar que los beneficios realmente se están entregando.
Múltiples beneficios para abordar las necesidades sociales abarca todo, desde la seguridad alimentaria y vivienda asequible hasta el apoyo a la salud mental y oportunidades educativas que ayuden a las comunidades agrícolas a prosperar.

Siete buenas prácticas para la reúso de tierras de cultivo
Para implementar esta visión de lo que es posible, nuestro equipo identificó y recomienda siete buenas prácticas esenciales. Para más detalles sobre cada una, incluyendo ideas sobre estrategias de implementación, consulta el marco o el artículo.
1. Priorizar la salud pública Todo proyecto de reúso de tierras de cultivo debe garantizar que no haya daño a la salud pública mientras mejora activamente las condiciones.
2. Priorizar el reúso de tierras de cultivo en ubicaciones socioeconómicamente vulnerables Los esfuerzos de reúso de tierras de cultivo maximizan el retorno de inversión cuando están cerca de comunidades desfavorecidas y ambientes sensibles, y las comunidades vulnerables pueden mejorar con actividades económicas verdes no extractivas.
3. Transicionar las prácticas agrícolas hacia la sostenibilidad y la agricultura estratégica Las transiciones agrícolas crean el mayor valor cuando cambian de monocultivos intensivos en agua a gran escala hacia usos de tierra más pequeños, diversos y multifuncionales como sistemas agroecológicos que entregan múltiples beneficios públicos.
4. Fomentar una economía agrícola sostenible La resistencia agrícola aumenta cuando protege a los pequeños y medianos agricultores a través de apoyo práctico como cooperativas de intercambio de equipos, oportunidades de diversificación de ingresos como agrivoltaicos y compostaje descentralizado, y acceso mejorado al agua para aquellos que practican métodos beneficiosos.
5. Avanzar la equidad y centrar el liderazgo comunitario Los planes de reúso de tierras de cultivo que reflejan las prioridades locales, abordan las necesidades locales y consideran holísticamente todo el sistema tienen más probabilidades de éxito. Esto requiere procesos transparentes que usen contabilidad completa de costo-beneficio y participación comunitaria significativa.
6. Perseguir una transición justa hacia la energía limpia La transición hacia energía limpia de California ocurrirá en áreas rurales y debe involucrar asociaciones colaborativas con comunidades, incluir acuerdos vinculantes de beneficios comunitarios, y asegurar que las comunidades locales se beneficien de la energía limpia generada en y cerca de sus comunidades.
7. Expandir el desarrollo de habilidades, divulgación y acceso a la información Esto involucra proporcionar programas educativos y de capacitación inclusivos y multilingües, monitoreo comunitario de condiciones ambientales, y compensación justa para aquellos que contribuyen a los procesos de planificación e implementación.
Ejemplos reales, resultados reales
Estos no son solo conceptos teóricos. A través de California, las comunidades ya están implementando estas ideas con éxito notable:
- En el Condado de Madera, la comunidad La Viña está recibiendo un proyecto de zona de amortiguamiento que convierte huertos de almendros y nogales en hábitat nativo para polinizadores, creando una barrera de 100 pies (30,48 metros) entre hogares y granjas para mejorar la calidad del aire y reducir la exposición a pesticidas.

- La Tribu Wukchumni está restaurando 10.7 acres de bosque ribereño y humedales en el Condado de Tulare, incorporando usos tradicionales de la tierra mientras crea oportunidades educativas y laborales.

- En el Condado de Tulare, el pueblo de Allensworth está planeando transformar monocultivos industriales en un centro agroecológico propiedad de un fideicomiso comunitario, presentando agricultura regenerativa, agrivoltaicos, programas de capacitación para agricultores, tecnología de tratamiento de agua y agroturismo.

El camino a seguir
Este marco y nuestra hoja de ruta para una transición justa de la tierra representan más que solo objetivos y buenas prácticas para guiar los esfuerzos de reúso de tierras agrícolas; ofrecen un plan detallado y basado en evidencia para transformar el enfoque de California hacia el uso de la tierra de maneras que beneficien a todos. Si las áreas que están activamente reusando tierras de cultivo adoptan este marco, tendrán más probabilidades de éxito en crear una transición justa de la tierra, incluyendo la sostenibilidad del agua.
Las consecuencias de la inacción son claras y no podemos permitírnoslas: continuo agotamiento de aguas subterráneas, comunidades degradadas, y un sistema agrícola y económico que es cada vez más vulnerable al cambio climático.
Pero con acción estratégica y colaborativa guiada por este marco y expertos con enfoques holísticos para servir equitativamente a todos los involucrados en esta transición, podemos convertir esto en una oportunidad para construir algo mejor juntos.
La elección es nuestra. Podemos dejar que las fuerzas del mercado por sí solas determinen cómo se desarrolla esta transición, exacerbando las desigualdades existentes y destruyendo las economías rurales. O podemos trabajar juntos para implementar estas buenas prácticas, asegurando que el cambio hacia la sostenibilidad social, ambiental y económica se convierta en una base para la prosperidad, el bienestar y la resistencia climática en las regiones agrícolas de California.
Para aprender más, puedes leer el marco completo aquí. Muchos expertos contribuyeron a este esfuerzo más allá de nuestro equipo de autores, incluyendo nuestros colaboradores que están listados en los agradecimientos.